Aprender a valorar tu cuerpo
- Leonardo García
- 16 jun
- 2 Min. de lectura

Hay momentos en los que mirar tu cuerpo se vuelve difícil, confuso, hasta doloroso, especialmente cuando vamos en la prepa y estamos en una etapa biológica en la que sentimos que hay cambios bruscos de un día para otro.
Según especialistas del Instituto Nacional de Psiquiatría y la UNAM, la adolescencia es una etapa donde el cuerpo cambia tan rápido que cuesta entenderlo. Aumentas de estatura, te salen granitos, se te ensanchan los hombros o las caderas. Y en medio de eso, empiezan a aparecer juicios: “estoy muy flaca”, “me veo raro”, y, el peor de todos, “nadie me va a querer así”.
Sentirse incómodo con nuestro cuerpo es algo que le pasa a muchísimas personas. De hecho, la autoestima corporal —es decir, cómo percibes y valoras tu apariencia— se empieza a formar entre los 9 y los 15 años, justo cuando más vulnerable estás a lo que dicen los demás, a las comparaciones, y a los estereotipos que ves todo el día en tu celular.
Pero aquí va algo importante: tu cuerpo no es un objeto que hay que arreglar, corregir o moldear. Hoy en día estamos tan bombardeados en redes sociales de imágenes de influencers, actrices, deportistas de élite o modelos que nos quieren hacer creer que así deberíamos vernos. Y eso es mentira.
Los cuerpos son diferentes, desde la altura, la corpulencia, el cabello, el tono de piel y las marcas personales de cada uno.
Aprender a valorar tu cuerpo no es ignorar lo que te gustaría cambiar, sino aprender a cuidarlo con respeto. Comer bien, dormir, moverse, decirte cosas buenas frente al espejo, dejar de seguir cuentas que te hacen sentir menos… eso también es quererte.
Y sí, puede que haya días difíciles. Días donde no te guste lo que ves. Está bien. No tienes que amar tu cuerpo todo el tiempo, pero puedes aprender a tratarlo con amabilidad. A agradecerle por todo lo que hace por ti.
