top of page

Hacer la Ley del Hielo daña más de lo que crees

  • Foto del escritor: Leonardo García
    Leonardo García
  • 15 ago
  • 2 Min. de lectura
ree

Recuerdas la vez que te peleaste con tu pareja y le hiciste la Ley del Hielo? Eso sí, a pesar de no hablarle directamente, te esforzaste lo más que pudiste para que él o ella notara que lo estabas ignorando. Esto es el silencio ruidoso y duele más de lo que crees.


El silencio como castigo puede parecer una forma inofensiva de lidiar con un conflicto, pero no lo es. Ignorar a alguien para “darle su merecido” genera ansiedad, miedo y sensación de abandono, y muchas veces provoca dudas, culpa y autocrítica, dice Gail Saltz, psiquiatra citado en The New York Times.


Incluso, según Kipling Williams, psicólogo de la Universidad de Purdue, ser ignorado activa las mismas zonas del cerebro que reaccionan al dolor físico. No es metáfora: duele de verdad.


El silencio ruidoso no es solo dejar de hablar; es hacer notar que estás ignorando a la otra persona. Salir de la habitación dramáticamente, mirar fijamente o dar un portazo son formas de “marcar territorio” emocional. Puede darte una sensación de control momentáneo, pero a la larga desgasta la relación y aumenta la tensión.


Si alguna vez te sientes tentado a usar esta táctica, los expertos recomiendan tomar un respiro consciente, indicando un tiempo específico para calmarte antes de volver a hablar. Esto evita la incertidumbre, que según los investigadores, es lo que hace que la Ley del Hielo sea “realmente letal”.


Y si eres quien recibe este silencio, hay formas de manejarlo sin que te destruya: escribir una nota, acercarte directamente a la persona, o expresar cómo te hace sentir la situación. Saltz sugiere acercarse con franqueza y curiosidad: “Me hace sentir que no podemos avanzar cuando me respondes con silencio. Quiero entender lo que te pasa y mejorar las cosas entre nosotros”.


El silencio prolongado y repetido puede convertirse en violencia emocional, afectando la confianza y el bienestar de la relación. Reconocerlo y actuar con comunicación abierta no solo protege tu vínculo, sino que también fortalece la relación. No se trata de evitar los conflictos, sino de enfrentarlos sin lastimarse y sin recurrir al silencio como castigo.


En parejas jóvenes, aprender a manejar los desacuerdos con respeto es clave. Incluso cuando la tentación del silencio es fuerte, optar por diálogo, pausas reguladas y empatía puede evitar que la relación se desgaste y que pequeños conflictos se conviertan en heridas emocionales que duren mucho más de lo que imaginamos.

Comentarios


Mi Espacio Seguro es un sitio de información que únicamente toma como referencia datos públicos verificables y respaldados por autoridades. 

bottom of page