Qué cosas sí y qué cosas no deberías ocultarle a tus padres
- Leonardo García

- 29 ago
- 2 Min. de lectura

Hablar con tus padres no siempre es fácil. A veces da miedo contarles lo que realmente sientes o lo que estás viviendo. Puede ser porque te pena tocar ciertos temas, o simplemente no tienes la confianza necesaria con ellos.
Sin embargo, la forma en que compartes tus experiencias puede marcar la diferencia entre recibir apoyo y sentirte solo. Aquí te contamos, de acuerdo con lo que dicen expertos, qué sí conviene contarles y qué puedes mantener privado.
Cosas que sí vale la pena compartir
Si te sientes triste, ansioso o estresado, contárselo a tus padres puede ayudarte a encontrar apoyo. Expresar cómo te sientes y qué tipo de ayuda necesitas permite que ellos te acompañen de forma más efectiva.
Dificultades académicas, conflictos con compañeros o falta de motivación son situaciones que tus padres pueden ayudarte a resolver. Hablar de esto a tiempo evita que los problemas crezcan.
Si estás experimentando con drogas, alcohol o situaciones peligrosas, es importante contarlo. Aunque sea incómodo, hablarlo puede prevenir consecuencias graves.
Amistades que te preocupan o relaciones amorosas con las que no te sientes seguro son temas en los que tus padres pueden ofrecer perspectiva y apoyo, eso sí, cuéntales hasta donde te sientas cómodo.
Cambios en tus intereses, planes de escuela o carrera son momentos en los que la guía de tus padres puede ayudarte a tomar decisiones más seguras y conscientes.
Cosas que puedes mantener en privado
Aunque es importante informarse y hablar de sexualidad, los detalles muy específicos suelen ser privados. Mejor busca ayuda profesional para hablar de esto con confianza.
Discusiones cotidianas con amigos pueden resolverse sin involucrar a tus padres. Aprender a manejar estos conflictos fortalece tu autonomía.
Si bien es normal tener desacuerdos, expresar constantemente críticas hacia ellos puede dañar la relación. Es mejor esperar a un momento adecuado y hablar con respeto.
Claves para una comunicación efectiva
Hablar con tus padres funciona mejor cuando eliges momentos tranquilos, en los que no haya prisas ni distracciones.
Tomarte un tiempo para pensar qué quieres decir y cómo expresarlo ayuda a que la conversación sea más clara y menos tensa. Ser honesto y directo sobre tus pensamientos y emociones permite que tus padres comprendan realmente lo que estás viviendo.
No se trata de contarlo todo, sino de expresar lo que de verdad te afecta o preocupa.




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