Lo difícil de dejar ir a alguien que todavía quieres
- Leonardo García
- 2 jul
- 2 Min. de lectura

Terminar con alguien a quien aún quieres puede sentirse como un golpe muy fuerte, especialmente cuando estás en la prepa y todo parece mucho más intenso.
Esa mezcla de tristeza, nostalgia y a veces enojo, puede parecer que nunca va a pasar… pero como ya te lo hemos dicho antes: no es el fin del mundo.
Cada persona vive este proceso a su propio ritmo, y está bien que te tome más tiempo o que sientas que vas lento. Lo importante es que te escuches y te des permiso para sentir lo que venga.
¿Por qué duele tanto?
Cuando estamos con alguien que amamos, nuestro cerebro libera sustancias como la dopamina y la oxitocina, que nos hacen sentir felices y seguros. Por eso, cuando esa persona ya no está, nuestro cuerpo y mente reaccionan casi como si nos faltara algo vital.
En este artículo de Gaceta UNAM se explica que este proceso es parecido a un “síndrome de abstinencia emocional”, donde nuestro cuerpo y mente extrañan esa cercanía y eso genera malestar físico y emocional:
En la ruptura no sólo es el hecho de perder a la persona, sino que también es el miedo a quedarse solo o tener un fracaso social. Por ejemplo, en estos casos se piensa: la gente me va a ver mal si no tengo pareja, ya estoy grande, no voy a encontrar otra persona. Y así empiezan a descalificarse a sí mismos.
Entendamos que romper con alguien es un proceso emocional que sigue diferentes etapas: negación, enojo, negociación, tristeza profunda y, finalmente, aceptación.
La psicóloga y coach de relaciones Jo Hemmings dice que estas etapas no siempre siguen un orden y que a veces se da un paso adelante y dos atrás, y eso es totalmente normal.
En una columna en The Guardian, en la que Hemmings es referenciada, explica que el duelo puede sentirse como una montaña rusa emocional y que cada persona necesita su propio tiempo para sanar antes de estar lista para una nueva relación:
Si quieres volver a tener una relación, tomarte tu tiempo dará sus frutos. El tiempo varía según la persona, pero una señal de que podrías estar listo es cuando no sientes que las probabilidades están en tu contra. "¿Estoy listo para arriesgarme, para usar lo que he aprendido de malas relaciones anteriores y ponerlo en práctica?"
Cómo empezar a sanar
Permítete sentir: No reprimas tus emociones. Está bien llorar, estar triste o enojarte.
Busca apoyo: Hablar con amigos, familiares o profesionales ayuda mucho para procesar lo que sientes y no estar solo.
Pon distancia: Evita contacto constante con tu ex para que puedas sanar sin revivir el dolor todo el tiempo.
Reconecta contigo mismo: Vuelve a hacer cosas que te gustan o prueba nuevas actividades. Es importante reencontrarte y cuidarte.
Si quieres más consejos y palabras que te ayuden a seguir adelante, te invitamos a leer nuestro artículo previo aquí en Mi Espacio Seguro: “El rompimiento no es el fin del mundo…” Ahí encontrarás más ideas para sanar y abrirte a lo que viene.
Comments