Cosas que NO son normales en una amistad
- Leonardo García
- 7 ago
- 2 Min. de lectura

Las amistades son una parte esencial de la vida, espacios donde se construyen vínculos de confianza, apoyo y respeto. Sin embargo, no todas las relaciones que se llaman amistad funcionan de manera saludable. Existen conductas que a veces se normalizan, pero que en realidad no deberían aceptarse, porque pueden afectar el bienestar emocional.
Uno de los comportamientos que no es normal es la humillación, aunque se presente “jugando” o como una broma. Cuando alguien utiliza el humor para ridiculizar, menospreciar o dañar la autoestima, está cruzando una línea. Esa forma de relación puede generar un daño emocional silencioso que mina la confianza y la seguridad.
También, ignorar o excluir a alguien porque no hace lo que otro quiere es una forma de manipulación y control que no corresponde a una amistad sana. Las relaciones auténticas se basan en el respeto hacia las decisiones personales, incluso si no coinciden con lo que un amigo espera.

Otro punto es celarte o la competencia disfrazada de apoyo. Cuando un amigo reacciona con resentimiento al ver que otro se relaciona con otras personas o tiene logros diferentes, está mostrando inseguridad y una falta de respaldo genuino.
El poner límites personales es fundamental para el bienestar, pero muchas veces provoca que el amigo se sienta incómodo o intente generar culpa. Esta reacción puede reflejar falta de respeto y una relación tóxica, donde no se valora el espacio emocional.
La burla constante hacia gustos o intereses también es una señal de falta de respeto. En una amistad real, las diferencias se aceptan y celebran, no se ridiculizan.
Finalmente, cuando alguien solo se acerca para usarte o buscar beneficios personales, sin ofrecer apoyo recíproco, la relación se vuelve unilateral y desgastante. Esto puede causar sentimientos de soledad y desconexión.
Todas estas señales son parte de lo que muchas veces se llama amistad tóxica y pueden pasar desapercibidas cuando se normalizan ciertas actitudes dañinas. Estar atentos a estas dinámicas puede ayudar a cuidar la salud emocional y a elegir relaciones más auténticas.
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