Diccionario de la crueldad del amor moderno
- Leonardo García
- hace 2 días
- 2 Min. de lectura
Con las redes sociales a tope, surgen nuevos términos para describir diferentes momentos de una relación, especialmente aquellos que son crueles y que antes no sabíamos como nombrar.
Lo malo es que ahora "sobreexplicamos" de manera muy específica estas situaciones y cuesta algo de trabajo seguir el hilo de la conversación. Así que aquí va un pequeño diccionario de la crueldad en el amor moderno.

Ghosting
Es desaparecer sin aviso. Un día hablan todo el tiempo, al otro uno de los dos ya no responde. No hay explicación, ni despedida. Solo silencio.
Orbiting
Es un tema de redes sociales. Después del ghosting, a veces la persona que te dejó de hablar sigue viendo tus historias, dando “me gusta”, comentando. No habla contigo, pero se mantiene cerca. Orbitando como un satélite.
Breadcrumbing
Significa dar pequeñas señales de interés para mantenerte ahí, pero sin intención real de tener una relación. Como mandar un mensaje de "hola perdida" que al final no llega a nada. Es como lanzar migajas para que la otra persona no se aleje del todo.
Benching
Te dejan en la banca, por decirlo de alguna forma. No dicen que no quieren algo contigo, pero tampoco avanzan. Te mantienen en espera por si les fallan otras opciones.
Zombieing
Después del ghosting, reaparece. Como si nada hubiera pasado. Un “hola, ¿cómo estás?”, después de semanas o meses de ignorarte. No hay disculpa ni explicación.
Cushioning
Es tener a alguien “de repuesto” mientras se está en una relación, por si acaso. Son conversaciones coquetas con otras personas para amortiguar el golpe si la relación formal termina.
Love bombing
Como su nombre lo dice, es una "bomba" de amor: con afecto, regalos y promesas. Todo parece perfecto, luego viene el control, la manipulación o la retirada.
Situationship
Es una “relación” sin nombre. Salen, se ven seguido, actúan como pareja, pero nadie lo dice. Tampoco hay claridad. Y cuando alguien pide definirlo, todo se complica.
Slow fading
No desaparece de golpe. Va contestando menos, con más frialdad. Las conversaciones se alargan hasta que ya no responde. No hay pelea, no hay ruptura. Solo distancia que crece hasta que uno entiende que ya no hay nada.
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